Los dorados hacen otoño en Buenos Aires
Esta vez, los encontramos sin movernos de Buenos Aires, en puntos estratégicos del puerto, donde hicimos una pesca digna de pesqueros con mucha más chapa y prensa, y a sólo 10 minutos de navegación de Costanera Norte. Lo mejor es que está tan fácil esta pesca que hasta hicimos debutar en el spinning con los temibles pirayús a dos niños de 11 y 7 años.
Nada gratifica tanto como iniciar a los chicos en la pesca. Y cuando vemos que “picó el bichito” de una pasión que puede durar toda la vida, tanto mejor. Este es el caso de mis sobrinos Alan y Axel, quienes residen en Inglaterra y cada vez que visitan nuestro país lo hacen con el deseo de pescar. Esta misma inquietud de conocer a nuestro mítico dorado motiva el 65% de las consultas de extranjeros en las ferias internacionales de pesca deportiva a preguntar por nuestra especie.
El caso es que los chicos querían pescar dorados y abril nos sigue regalando la oportunidad de hacerlo. Con la guía de Martín Gómez, excelente profesional que hace excursiones desde Costanera Norte, lograr capturas es fácil pues sabe dónde encontrarlos y cómo pescarlos. Salimos el pasado lunes a media mañana, y tras una navegación mínima a eso de las 11 ya teníamos armados equipos de spinning para los chicos y bait en mi caso (una caña Shimano Cruxis y un reel Shimano Curado 201 DHV). Bastaron pocos lances para lograr los primeros piques de dorados de 2 kilos promedio. Pero del pique a la captura hay un largo trecho, como comprobaron los pibes, que pinchaban piezas que luego perdían en la lucha tras desprenderse del señuelo.
Con la práctica, los niños fueron mejorando los lances y perfeccionando las clavadas, hasta que lograron sus primeras piezas. La clave fue el uso de las nuevas cucharas Silstar, que les permitían lanzar más lejos y eran bien atacadas por los dorados. En mi caso, las bananas de bait de Alfer’s me dieron las mejores capturas, así como las mojarras de paleta escalonada de NG.
Ya pasado el mediodía, los chicos se animaron a los “muñecos” y lograron dorados con señuelos Fat de Alfer’s, algunos rattlin tipo Ion Head o Rapala y los siempre efectivos Shinner King. Era emocionante ver a los pibes retratarse con robustos dorados que les llevaban hasta 10 minutos de pelea por captura, y luego devolverlos a su medio sin dañarlos. Fueron cuatro horas de pesca intensa, con recuerdos inolvidables para esas criaturas, que se van de nuevo al viejo mundo pensando en un pronto regreso. Al amante del spinning y bait le decimos que aproveche abril, que el puerto porteño tiene estratégicas salidas de agua caliente que concentran a la especie y a la que sólo podremos acceder con la pericia de un buen guía como Martín Gómez, conocido en el medio como Tincho Pesca.
Por WILMAR MERINO para Diario Popular E-mail: vivalapesca@dpopular.com.ar
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