miércoles, 19 de octubre de 2011

El Paranacito: fuente generadora de más de un centenar de especies autóctonas


Peces Argentinos se inició en el año 1991 y desde Villa Paranacito, a catorce kilómetros de Puerto Vilelas, busca su reimpulso como un proyecto de recolección de especies autóctonas interesantes para acuarios o bien para terceros.

Han pasado años desde aquel día y hoy el emprendimiento familiar se convirtió en una empresa conocida en el mundo del acuarismo nacional, enviando peces a todas partes del país.
El responsable es Miguel Molina y explicó que esa actividad no registra índices de depredación y sueña con poder ofrecer a niños y grandes una exposición permanente en la vieja hostería abandonada en la villa que sirvió de balneario para los chaqueños.

Son 127 especies tipificadas por Molina, que dejó la Capital Federal en 1982; según cuenta, sus conocimientos fueron adquiridos por la enseñanza que le transmitió “el único acuarista que tuvo el país, llamado Jorge Osvaldo Fernández Santos”. 
Pero contando las usadas para la carnada, ascienden a 180 las especies que logró individualizar en El Paranacito o Villa Paranacito, ubicada en el sudeste de la provincia del Chaco, en el departamento San Fernando.


Depende administrativamente del municipio de Puerto Vilelas, ciudad de la cual dista unos catorce kilómetros.
Se halla recostada sobre el río Paranacito o Paraná Miní, uno de los brazos del intrincado sistema de bajos y cursos fluviales de la margen derecha del río Paraná, donde hasta hace dos años se hallaba un balneario considerado entre los principales atractivos turísticos de la provincia. 

Molina contó como es el proceso de recolección y deposición de las más variadas especies: “Pongo las especies en peceras, las purgo y las estabilizo en agua limpia y después las comercializo como pez de acuario, o sea las saco de su hábitat y las climatizo en agua de red”, explicó el primer paso.
Posteriormente, una vez estabilizado y controlado del estrés, todo ejemplar solicitado por sus clientes recibe la carga a los veinte días por colectivo con la finalidad de exponerlo”.


“Las plazas comerciales más frecuentes son Córdoba, Capital Federal y el sur argentino”, aunque por un nexo argentino supo Molina exportar a Francia, pero las limitaciones de stock impidieron seguir enviando a otros puntos del planeta.


“Yo aprendí esto con un hombre en 1982, el primer acuarista que tuvo la Argentina, llamado Jorge Osvaldo Fernández Santos, me enseñó que los peces de ríos también pueden ser peces de acuario, y con él aprendí a tratarlos y transportarlos”.


Molina ante Fauna está inscripto como único acopiador de especies de acuario en el Chaco y sueña en poder trasladar sus conocimientos con una exposición permanente en Villa Paranacito, abierta para niños y grandes. Porque considera, que “los pescadores no saben cuántas especies autóctonas tenemos, Pacú, Surubí y Dorado es parte de su mayor vocabulario, pero he podido tipificar con más de veinte años en el rubro 127 especies”, remarcó el hombre, que con su hijo de catorce años a diario pasa la red en las aguas, buscando poder descubrir siempre algo más, y pregonando para un futuro económico mejor.


Sabe que el camino es difícil y que el exterior es su máximo objetivo, pero económicamente no puede hacer frente a semejante demanda.


Recordó cuando vino al Chaco fue 1983, su idea era pasar quince días de vacaciones y no regresó más a Buenos Aires, tiempo suficiente que supo emplear para la piscicultura, descubriendo más de un centenar de peces “que en aguas torrentosas como las de Paranacito van y vienen”, aseguró.

Fuente: diarionorte.com

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