martes, 20 de septiembre de 2011

La Evolución en acción ...


El pez “caminante”, modelo ideal para estudiar la selección natural de las especies.

A veces, un pez fuera del agua no se siente como pez fuera del agua, por lo menos si es una blenia saltarina del Pacífico. Por primera vez, los científicos han estudiado detalladamente este pez terrestre, que brinca en las costas rocosas de Micronesia.


El nuevo estudio reveló que los peces “caminantes” son sorprendentemente ágiles en la tierra, donde participan de complejos comportamientos sociales y de cortejo, afirmó vía correo electrónico Terry Ord, ecólogo evolutivo de la Universidad de New South Wales, Australia, que lideró el estudio.
Pero Ord y sus colegas también encontraron que estos peces de tierra firme pueden buscar comida, cortejar a sus parejas y reproducirse -básicamente atender todas sus necesidades- en las pocas horas de marea media, cuando el nivel de agua es suficientemente alto como para mantener mojada la piel del pez pero las olas no son tan fuertes como para arrastrar al mar a estos seres.
Las blenias, que respiran con sus agallas pero que también lo hacen parcialmente a través de la piel, se sofocan si se secan completamente. Entonces, “aunque estos peces son muy buenos para vivir en la tierra … aun así están bastante limitados por su historia evolutiva”, señaló Ord, cuyo estudio apareció en la edición de julio de la revista Ethology.
“Esto es, al final del día siguen siendo peces, y los peces están más capacitados para la vida en el agua, no en la tierra”, precisó.

Pez de tierra firme
La blenia saltarina del Pacífico se aferra a las rocas sobre el agua, donde se siente “completamente cómoda”, según Ord.
Para el estudio, Ord y su equipo observaron y registraron el comportamiento individual de las blenias (de unos 6 centímetros de largo) cuando intentaron atraparlas para medirlas y fotografiarlas. Los científicos las “estimularon” para que saltaran a pequeñas redes pinchándolas con un lápiz o ganchillo. “Invariablemente, saltan a cualquier lugar menos la red. O si llegan a caer en ésta, vuelven a saltar para salirse antes de que puedas impedírselo”, detalló Ord.
“En un viaje reciente de este año, un colega dijo que intentar atraparlas fue ‘una de las experiencias más exasperantes de mi vida’. Se requiere práctica, y realmente muestra lo aptos que son estos peces para vivir en la tierra”, acotó.

Blenias en las rocas
Las blenias saltarinas del Pacífico tienen complicados rituales sociales, según Ord. Por ejemplo, tanto los machos como las hembras muestran agresivamente sus rojas aletas dorsales a los peces -normalmente del mismo sexo- que perciben como amenaza para los lugares donde comen.
“Este comportamiento muchas veces estuvo acompañado por un cambio rápido y drástico en el color corporal de ambos sexos, de apagado gris verdoso a negro”, según los autores del estudio.

“Su cortejo es igualmente impactante”, precisó Ord. Los machos dedican vasta cantidad de tiempo moviendo la cabeza cerca de la entrada de pequeños orificios en las rocas, sobre el nivel del agua en marea alta, aparentemente para seducir a las hembras para que entren.
“Las hembras cautivadas por un macho inspeccionan el agujero y probablemente depositan huevos, que el macho fertiliza y protege subsecuentemente hasta que las larvas salen del cascarón, lo que significa que dentro de esta especie es probable que haya cuidado paterno. Pero, una vez más, apenas hemos empezado a descifrar la reproducción de esta notable pez”, advirtió Ord.

Abundantes peces “caminantes” en el mar
Los peces de tierra firme no son únicos de Micronesia, explicó Ord. En Taiwán hay especies estrechamente emparentadas y se ha informado de peces similares en Filipinas, el Pacífico Sur y el Atlántico.

Esto lleva a una cuestión obvia: “Si estos otros peces son terrestres, ¿significa que evolucionaron independientemente un estilo de vida terrestre en estas islas o que un ancestro evolutivo que ya era terrestre de alguna forma se dispersó ahí?”, preguntó Ord.

“Simplemente todavía desconocemos la respuesta, pero estamos en el proceso de combinar estudios genéticos y de comportamiento -como éste- para contestarla”, subrayó.

¿Evolución en acción?
Estudiar la blenia saltarina del Pacífico es clave por dos motivos, explicó Ord.
Por un lado, poco se sabe sobre cómo fue que los peces antiguos hicieron la transición a la tierra durante el período devoniano, que empezó hace aproximadamente 416 millones de años. La blenia saltarina del Pacífico ofrece la rara oportunidad de investigar un pez moderno que ha hecho una transición similar.
Además, el pez es un modelo ideal para estudiar la selección natural, o las adaptaciones que ocurren cuando las especies invaden ambientes nuevos o cuando sus ambientes existentes cambian.
“Estos peces han salido de un ambiente para el que estaban muy bien adaptados -un ambiente de agua- y entraron a uno que es el extremo más opuesto que podríamos imaginar, un ambiente terrestre”, destacó Ord.
“Al estudiar este pececillo que vive en la tierra, podemos estudiar la innovación y selección natural en acción”, agregó.


Por Christine Dell’amore – © 2011 National Geographic Society 
Fuente: www.losandes.com.ar / extremolitoral.com.ar

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