Hay que moverse para encontrar
los buenos ejemplares
Salimos a la mañana a las 8 rumbo a La Balandra. El día se presentó soleado, hermoso y con viento norte. Navegamos con rumbo este-sudeste y luego comenzamos el garete.
Líneas al agua, calle de ceba y a pescar. El garete lo hacíamos cerca de la costa a no más de mil metros; el primer pique fue de un bagre blanco que ni mereció una foto Enseguida Chichin metió un hermoso patí que le hundió todo el aparejo y un rato más tarde sacó el primer peje, al rato otro, y ahí comenzamos todos.
Papo metió otro y ya al estar cerquita de la costa y con poca profundidad, retomamos río adentro hasta los 2.000 metros y hacia el norte para comenzar otra gareteada.
Bien lejos del bote salieron los más grandes, como siempre sucede, pero el viento estaba cada vez peor. Metí un par seguidos y así continuaban los piques, esporádicos pero salían. La gareteada iba de un lado hacia el otro, quedando a veces la calle de ceba a nuestra derecha y a veces a la izquierda.
Hacia las 13 estábamos a unos 9.000 metros de La Balandra, por lo que debíamos navegar en contra del viento y de la corriente para regresar, pero despacio para no arriesgar.
Relevamiento: Sergio Dos Santos.
Fuente: El Día de La Plata
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