lunes, 23 de julio de 2012

Buen pique de Pejerrey en aguas cercanas a Colonia


 Un equipo del diario El Día de La Plata 
 visitó este pesquero, y nos cuenta 
 sus exelentes resultados 


Temprano salimos del Náutico Ensenada en mi embarcación ¨Bismarck¨ con rumbo a la costa de Colonia, lugar que habíamos elegido para ir en busca de los grandes del Río de la Plata con mi inseparable compañero de pesca Ricardo Szelagowski. 

Después del despacho en Prefectura bien temprano (después nos enteramos que se cerró el puerto por la niebla hasta el mediodía) y de casi una hora de navegación la cual fue con viento norte de frente y la mitad del camino con niebla cerrada (GPS indispensable) llegamos a unos 10 Km. de la costa de Colonia, con un día no muy propicio en ese momento para la pesca.

Usamos cañas de 4 metros con líneas de tres boyas y bigotera, anzuelos 3/0 y nylon High Cach del 0.28 lo que nos permitía no tener que andar poniendo flota líneas cada tanto. Yo empecé con boyas verdes limón y Ricardo con anaranjadas con quilla blanca. Las mojarras bien grandes, que habíamos comprado en ¨el dulce¨ de en 522 y 136.

Una vez que se formó la calle de ceba tardó mucho en salir el primero y como parece ser un ritual entre nosotros, lo sacó Ricardo, que si bien no era un monstruo tenia sus respetables 45 cm. de largo.

Los piques se fueron sucediendo en una y otra caña en forma esporádica pero con un tamaño muy uniforme, eran todos grandes a una distancia de 40 metros del bote.



Alrededor del mediodía se empezó a abrir y tomamos rumbo hacia denominado el banco de pescadores. Pero los grandes-grandes no aparecían todavía. Hasta que de golpe vimos como un lomo agrisado se dirigía hacia las boyas de Ricardo, coletazo a la boya, media vuelta y lo clavó sin verlo, de puro instinto, como lo hacen los grandes pescadores; explotó el agua, y luego de una buena lucha terminó en nuestro copo un peje de 55 cm. y 1.200 gramos de peso.

Festejo y volvimos rápidamente a tirar las líneas, los piques nuevamente se fueron sucediendo en una y otra caña con pejerreyes que iban de los 45 a los 55 cm. de largo.

Hasta que me tocó el turno a mí de sacar uno de los grandes, nuevamente todo un espectáculo, para los que ya lo vivieron saben de qué estamos hablando. Ver emerger un lomo inmenso del agua cerca de las boyas y que se dirija despacio hacia ellas, ver como las rodea y empuja debe ser de los momentos más excitantes e inolvidables para todo pescador de pejerrey que espera ansioso el momento de la clavada y cuando esta se produce hay un estallido que nos asegura que lo que tenemos en la línea es uno de esos pejes de nuestra vida. Enseguida se arquea la caña y se hunden todas las boyas, haciendo difícil la traída y no dejándonos ver lo que traemos hasta casi llegar al bote.

Ya copo en mano, Ricardo lo metió adentro del bote y después de medirlo nos dio que era un peje de 57 cm. de largo y según la balanza de mano de 1,300 Kg. de peso. Para ese día sería el más grande que sacamos.

Ya cerca de las 15.30 pusimos rumbo hacia el Puerto La Plata con una pesca de más de 60 pejerreyes grandes entre los dos.

Fuente: El Día de La Plata

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