Salmones, meros, chernias y cazones
de tamaños formidables
En estas vacaciones de invierno fuimos invitados a practicar la pesca embarcada en Mar del Plata por Sandokán, guía pesquero de esa ciudad. Nos internarnos mar adentro en busca de los grandes salmones y meros, dos de las especies que se dan en mayor calidad y cantidad en aguas marplatenses
A la cuenta de tres los diez pescadores bajan en forma conjunta sus líneas hasta que el plomo llegue al fondo, fue ese justo momento que cuatro de ellos comienzan a clavar bruscamente y sus varas dando fuertes cabeceos demostraban que estaban frente a una pieza importante; los tres primeros comienzan a subir muy lentamente los primeros dobletes de meros y salmones.
Un gigante
Mientras tanto, la única mujer del grupo apenas podía subir su presa y se negó a que la ayuden; poco a poco observamos los fuetes cabeceos de la caña y su sonrisa mezclada con fuerza transmitía alegría a todos los integrantes.
A los diez minutos observamos en la transparencia del agua una inmensa mancha blanca; ya sin fuerza y esta señora logró un salmón de 24 kilos.
Todo eso había pasado en la primera bajada de líneas y el entusiasmo de los pescadores ya era enorme, por lo que aguardaban con ansiedad que la embarcación diera la vuelta para realizar una nueva pasada sobre el fondo rocoso sobre el cual se arrojan las líneas buscando a los peces que en esos sectores se alimentan.
Mas piques
La señora había tomado unos minutos de descanso luego de haber batallado con éxito contra ese verdadero gigante, mientras que el resto se aprestó para el segundo lanzamiento, a partir de cual, una tras otra comenzaron las capturas de grandes meros, salmones de mar de todos los tamaños desde los 2 a los 8 kilos, hasta que en una bajada, antes de que el plomo tocara el fondo, una de las cañas pareció despedirse de la mano del pescador.
De inmediato, los que pudieron, levantaron líneas y comenzó la lucha; el nailon corría de estribor a babor, la fuerza del animal era descomunal y agresiva; de apoco lograba subir y nuevamente el reel pedía nailon, enganchando otras dos líneas y enredado vimos un gigante cazón, una hembra, hecha un matambre de líneas que pudimos cortar para después liberarla.
Repuesta la tripulación continuamos con la pesca pero un gran cardumen de cazones logró espantar las especies que estábamos buscando.
Cambio de lugar
A raíz de esa contingencia, decidimos cambiar de lugar para intentar la pesca en otra zona de fondo rocoso distante unos dos kilómetros del lugar que tantos buenos resultados había dado hasta la inesperada aparición de los cazones.
En el nuevo sector, donde las rocas del fondo son de mayor tamaño, en las primeras pasadas lográbamos salmones, pez palo, y una chernia, hasta que en otra pasada dos de las cañas daban la impresión de partirse; los demás integrantes levantaron sus líneas para detenerse en esta acción.
Resultaba extremadamente difícil poder levantar las cañas; la fuerza de los peces era mayor que la resistencia de los pescadores, pero de apoco fueron logrando ganarle algunos metros y terminamos la jornada con dos gigantes salmones que pesaron 15 y 19 kilos, pero ninguno pudo con el gran premio que llevó la dama de esta jornada.
Como conclusión podemos decir que, sin dudas, año tras año Mar del Plata tanto en turismo como es pesca deportiva se convierte en unos de los mejores lugares del país, y hay que aprovechar esta oportunidad. Para pescar embarcado no hace falta experiencia previa y hay guías que proveen tanto los equipos como la carnada.
Algunas imágenes:
Servicios: guía de pesca Sandokán, teléfonos (011) 15-49867694 y (0223) 472-6414; www.sandokanpesca.com.ar.
Fuente: El Día de La Plata
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