Una lancha parecida a esta fue la que se dio vuelta
En plena competencia se dio vuelta una embarcación.
Hubo héroes anónimos, sustos y una gran solidaridad
de parte de los más de 150 pescadores que participaban
El domingo se perfilaba como una jornada soleada para la competencia, pero por el viento y las olas la fiesta deportiva casi termina en tragedia. Durante el “III Concurso interprovincial de pesca del pejerrey Canigó”, organizado por el Club Tucumánd e Pesca y Regatas, una de las 52 embarcaciones que participaba dio una “vuelta campana” por efecto de una ola de más de un metro, y sus tres ocupantes cayeron a las aguas frías de El Cadillal.
La rápida acción de los pescadores cercanos evitó que uno de ellos se hundiera hacia el fondo, y posibilitó el rescate de los otros dos concursantes con signos de hipotermia y desvanecimiento. El concurso fue suspendido, pero eso no optó que todos se preocuparan y que durante el almuerzo más de 200 personas festejaran que los protagonistas del accidente estuvieran presentes y sanos. La solidaridad de los “cañófilos” tucumanos, salteños, jujeños y santiagueños sobrepasó la ansias de competir y obtener algunos de los trofeos que quedaron sin dueños. Por lo menos, hasta el próximo año.
La competencia que reunió a unos 150 pescadores comenzó pasadas las 10. Ya había sufrido un a traso de más de una hora porque el dique estaba "picado". Al momento de la largada de la competencia, las embarcaciones habían anclado frente a las costas de El Cardumen y del río Tapia. Nada hacía prever un final abrupto, ni menos en un accidente. Todos estaban en sus posiciones, luchando con las dificultades propias de no "ver" el pique por el oleaje y el frío y el agua que salpicaba.
Pasadas las 11, desde el bote del veedor de la prueba piideron que las embarcaciones se retiraran hasta la costa más cercana. También informaba que se había "dado vuelta" un bote. Entonces aparecieron los celulares para averiguar quiénes eran los accidentados y cómo estaban. Minutos más tarde, se daba por suspendido el concurso, con la tranquilidad de los concursantes que los tripulantes del bote siniestrado estaban bien, luego de la asistencia médica y de la Policía Lacustre.
Al momento de la suspensión nadie se quejó. Algunos "venenos" habían conseguido más de una decena de capturas y a pesar de la ventaja admitían que la decisión delos organizadores era la correcta. Sólo restaba volver a compartir el almuerzo en la sede social y esperar algún premio en los sorteos, especialmente por el motor de 2 HP.
Cuando arrancaron los postres, se nombró a los accidentados. Cuando se pararon fueron aplaudidos por los comensales y recibieron los abrazos de sus amigos. Vestían ropas de abrigo que les habían prestado otros pescadores, ya que las propias estaban mojadas. A esta altura de la tarde se vivía el hecho más emotivo de la jornada, con mucha descarga emocional. También se conocía que los rescatistas "eran unos cuantos". Se tiraron por micrófono algunos nombres, pero la mayoría, enalteciendo más la calificación de "heroes", permanecieron en el anonimato. Todo un circulo virtuoso, donde la solidaridad fue la gran ganadora avasallando la desazón, el dramatismo y la tragedia.
Cabe destacar la suerte de los últimos tiempos de Juan Arias, un veterano y querido pescador del CPyRT, que ganó el sorteo del motor. También la buena disposición de los pescadores que llegaron de otras provincias y adhirieron al momento sin peros. Finalmente, como el concurso se suspendió, el equipo ganador del año pasado integrado por Pablo. Nelson y Matias Rinsdahl, impensadamente mantendrán su vigencia hasta la próxima edición del interprovincial Canigó.
Fuente:; NOA Fishing
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