lunes, 13 de febrero de 2012

Los humedales no se tocan


Urribarri decidió no tocar los humedales


Los humedales no se tocan

Tras el efecto político que generó el conflicto ambiental de Famatina, el gobernador entrerriano propuso derogar la ley que creó Arroz Delta, una sociedad anónima que iba a encarar el “desarrollo” productivo en la zona de las islas. Según Entre Ríos, gran parte del territorio “está usurpado”.

Como todos los 2 de febrero, se celebra una jornada mundial para generar conciencia y promover la protección de ecosistemas dominados por el agua, cruciales para el sostenimiento de la vida en el planeta.

El Día Mundial de los Humedales, que como cada año se celebrada el 2 de febrero, estará dirigido este año a reconocer las virtudes del turismo en esos ecosistemas únicos de extraordinario valor ambiental, por su capacidad para contener una variada biodiversidad y como reservorios de agua dulce.


La ley de la discordia

La norma que aprobó la Legislatura entrerriana en diciembre pasado generó reacciones rápidas. El gobierno santafesino, a través de la Secretaría de Medio Ambiente, a cargo de César Máckler, le envió una carta a la cartera que dirige Juan José Mussi –sobre quien corrieron rumores durante la semana de una posible renuncia al cargo– en la que le recordó al funcionario nacional que se debe cumplir los convenios firmados entre Santa Fe, Buenos Aires y Entre Ríos para “efectivizar un abordaje en conjunto” de las islas. También pegaron el grito en el cielo legisladores del Frente Progresista de ambas provincias.

El artículo 2 de esa ley –vigente hasta que la Legislatura la derogue– crea Arroz Delta SA, una sociedad que va a “ejercer la titularidad de la concesión para la administración, transformación, desarrollo, aprovechamiento agroindustrial y explotación comercial, de las tierras fiscales de la provincia (de Entre Ríos) que el Poder Ejecutivo provincial identifique como aptas para ser incorporadas al proceso productivo”.

La “duración” de esta sociedad, según señala el artículo 4 de la ley, será por un plazo de 99 años. Arroz Delta SA se “deberá constituir en 90 días” y el Estado entrerriano la dotará de 50 millones de dólares –que se obtendrán a través de un “préstamo”– para “financiar la ejecución del proyecto de transformación de tierras fiscales “actualmente improductivas”.

En el texto, hay otro artículo que generó mayor preocupación y es la posibilidad de que un grupo o empresa privada adquiera el 50 por ciento de las acciones de la sociedad.

Arroz Delta SA es el sustento jurídico para que desembarquen en los humedales emprendimientos agropecuarios en una región que posee más de 100 mil hectáreas, que tienen un alto valor ambiental.

En Entre Ríos ningún funcionario puso sobre la mesa los argumentos mínimos para aportar un poco de claridad sobre el futuro de las tierras.

Manifestaron que la ley 10092 pretende regular un área en la que ya existen emprendimientos productivos, que, incluso, le han traído fuertes dolores de cabeza al Estado, que no tiene los engranajes necesarios para realizar un control sobre el área. Desde un principio la explotación de este territorio estuvo ceñida a manejos poco claros.

A partir de diciembre de 2004 el gobierno entrerriano estableció por medio de la ley 9603 el arrendamiento –según cálculos de la Fundación Proteger– de 110 mil hectáreas de tierras fiscales a 153 nuevos productores para que las exploten con ganado.

Las tierras marginales de los humedales adquirieron un valor inédito como consecuencia directa de la expansión de la frontera agropecuaria con soja. Esas tierras marginales –cuyo valor se multiplicó por 20 desde 2004– se inundaron de vacas.

La adjudicación de esos terrenos se hizo a través de una licitación pública, con contratos por tres años y el pago de un precio del arriendo atado al valor del kilo vivo de novillo fijado por el Mercado de Liniers, por hectárea y por año.

Pero el alquiler de las islas fue un verdadero fracaso. Casi nadie pagó el canon y los terrenos terminaron siendo usurpados. Este fue, al menos, la versión que dio el gobierno de Urribarri, que le sirvió como plafón para que la Fiscalía de Estado de Entre Ríos calificara de “inconstitucionales” los contratos que se habían otorgado en 2007, que regían hasta mayo de 2010.

En esa fecha el gobernador firmó el decreto Nº 1186, a través del cual se dio por finalizados “la totalidad de los convenios de arrendamientos”. Entonces, quedó un vacío legal sobre ese territorio ya que la ley 9603 había quedado en el aire tras la anulación de los arrendamientos.

Quedaba el terreno preparado para otra legislación. En las islas ya no interesa el engorde de vacas, sino el arroz. La industria frigorífica atraviesa una de las crisis más duras de las últimas décadas, con una caída del stock de más de 7,5 millones de cabezas y un descenso en el consumo per cápita que alcanzó los 54 kilos anuales.

De acuerdo con un relevamiento realizado la Dirección de Tierras Fiscales de la Secretaría de la Producción, detectaron que en el departamento Gualeguay, de las 44.852 hectáreas que posee el Estado, 30.329 están usurpadas por particulares; mientras, en el departamento Victoria hay 128.682 las hectáreas de dominio público, de las que 86.330 hectáreas se entregaron a particulares a cambio del pago de un canon anual; 15.241 han sido cedidas en forma gratuita; y 20.365 hectáreas están usurpadas.

El que se avivó en medio de ese vacío legal fue el ex intendente de Victoria, César Garcilazo, actualmente senador provincial: se cortó solo y logró que el 26 de agosto se dictara el decreto 2868, que dispuso que hasta que se reglamente el uso productivo de las islas fiscales “corresponde otorgar permisos de uso de inmuebles de dominio público a los efectos de su explotación productiva”.

El informe Proyecto Estratégico Islas Entrerrianas Cuenca del Río Paraná rescata la “decisión política de incorporar las islas fiscales al patrimonio provincial”, y el “reconocimiento y ponderación de un área estrategia para la producción sustentable con resguardo de la flora y fauna del humedal”, pero a la vez anota que “falta una estrategia de largo plazo”, que la “información y caracterización productiva (de la región) es incompleta”; que hay una “mínima cantidad de personal para la atención del área”; que no hay infraestructura ni logística, no hay cartografía homogénea y, más aún, falta presupuesto para todo eso.

El tema toca de cerca a los rosarinos, tras la noticia de que la provincia de Entre Ríos privatizó las islas del río Paraná para su explotación a pesar de haber sido reglamentada como zona protegida.

Bajo el lema “Turismo de humedales: una gran experiencia”, organizaciones no gubernamentales y grupos de ciudadanos de todos los niveles de la comunidad realizarán actividades encaminadas a aumentar la sensibilización sobre los valores de los humedales.

La fecha recuerda el día de la firma de la convención internacional sobre los humedales en 1971 en la ciudad iraní de Ramsar, a orillas del Mar Caspio.

“El turismo en los humedales aporta beneficios tanto a nivel local como nacional, en cuanto al soporte para medios de vida sostenibles, poblaciones prósperas y ecosistemas saludables”, informó la Fundación Proteger, punto focal de la Convenciónenla Argentina.

En la actualidad, son 160 países los que se encuentran adheridos a este organismo internacional que contribuyó a la designación de 1.911 humedales de importancia internacional, también llamados Sitios Ramsar. En al menos el 35 por ciento de los Sitios Ramsar de todo el mundo se desarrollan actividades de turismo sostenible o ecoturismo en distintos grados.

Los humedales son zonas permanentemente cubiertas de agua o que se inundan periódicamente, es decir, todos los ambientes acuáticos continentales y las zonas costeras marinas, que se caracterizan porque el agua juega un rol fundamental en su estructura y funciones ecológicas.

Estos ecosistemas brindan importantes beneficios para la humanidad, como el abastecimiento de agua, control de inundaciones, reposición de aguas subterráneas, estabilización de costas, protección contra tormentas, retención y exportación de sedimentos y nutrientes, mitigación del cambio climático, depuración de las aguas y son reservorio de biodiversidad.

Además, son la fuente de numerosos productos valiosos para la sociedad, tales como fruta, pescado, animales silvestres, madera, cañas y forraje, entre otros, y brindan oportunidades para el turismo y la recreación y para el desarrollo de la educación y la investigación.

A pesar de su importancia, muchos humedales se perdieron y otros se encuentran amenazados por diversas actividades humanas que involucran su conversión en tierras para agricultura, desarrollo urbano o industrial, instalaciones portuarias, represas, sistemas de riego o su degradación por la explotación excesiva, entre otras.

Argentina tiene en la actualidad 19 sitios Ramsar, que ocupan el 23 por ciento de la superficie del país. Anteayer, el ex intendente y actual senador, Miguel Lifschitz, mostró su preocupación por la aprobación de una ley enla Legislaturaentrerriana para la creación de una sociedad anónima que regirá el uso del territorio de las islas frente a Rosario, tierras fiscales bajo jurisdicción de Entre Ríos y con protección especial.

Fuentes: elciudadanoweb.com // diariocruzdelsur.com.ar // extremolitoral.com.ar

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