Las vacaciones son tiempos de compartir con la familia
momentos inolvidables donde la pesca
puede ser un buen programa.
Mientras “las chicas” se broncean o se animan también a la caña, padres e hijos pueden despuntar el vicio haciendo dignas pescas desde la costa, y prolongando el programa después con una linda “fritanga” que amerite buenos brindis.
Ese programa es el que hizo nuestro amigo Hernán Fernández, de la firma Silstar, quien nos dijo que pese a que las condiciones del mar estaban magníficas, tuvo que remar para hacer una pesquita interesante con niños y mujeres.
Los intentos se hicieron en la zona de Nueva Atlantis, cerquita de Mar de Ajó, usando camarón y anchoa de carnada. La idea era pasar el día en familia y hacer pescar a los más chicos.
Del grupo, entonces, participaron padres, tíos y abuelos, sin olvidar a las mujeres de todas las edades que aprovecharon el viento Norte y el calorcito para tomar color.
Se llega a esta buena zona de pesca por Mar de Ajó, siempre bordeando la costanera y pasando por El Silvio y llegándose hasta Nueva Atlantis, donde al llegar al fondo tenemos una bajada que permite bajar coches a la playa sin necesidad de que sean 4x4.
La salida se armó después de un rico almuerzo y se llegó al lugar a las 15 con la idea de esperar la máxima creciente, prevista para las 17.
Los pequeños estaban muy ansiosos. Pero como sabemos, el pescador propone y el mar dispone. Por eso, aunque todo conspiraba a favor (temperatura, viento, etc...) la pesca fue a puro pique de roncadoras, corvinas de perita (las verdaderas burriquetas) y alguna corvinita.
El primero en empezar a pescar fue el mellizo Thiago, una joven promesa de la pesca, que con tan sólo 10 años cobró un doblete muy lindo de roncadoras tirando con su caña Iguazú de 2.40 de largo y un reel acorde a la caña. Lanzaba a apenas unos 40 o 50 metros de distancia, la justa y necesaria para caer en el lugar exacto de la pesca, ya que estas piezas pican en la caída del banco o canaleta.
De hecho, los que más pescaron fueron los mellizos Valentín y Thiago y el joven Mateo, que con tan sólo 5 añitos sacó sus primeras roncadoras y festejó como el gol de Burruchaga en el ‘86.
Esto es importante rescatarlo: aún con piezas chicas podemos tener satisfacciones enormes al ver a nuestros niños tan felices. Así, después de unas 3 horas de pesca y con los chicos más que contentos, se lograron 25 piezas en todo el grupo, donde se destacaron algunas corvinitas.
Tras el mate y ya con febo regalando los últimos rayos, se emprendió la vuelta. Así las cosas, sin trofeos que batan records, también una jornada puede ser exitosa.
No hay nada más lindo que ver a los chicos pescando y disfrutar de sus rostros cuando sacan algún pescadito.
Como recomendaciones, sugerimos proteger bien la piel con ropa adecuada o pantalla solar, no dejar a los chicos solos en el lugar (nunca faltan inadaptados en cuatriciclo o 4x4 haciendo maniobras riesgosas) y munirse de paciencia para desenredar galletas y contestar preguntas de todo tipo, pues a la hora del pique, también pica la curiosidad de las mentes juveniles ante el fabuloso mundo de la pesca.
Por WILMAR MERINO
Por WILMAR MERINO
para Viva la Pesca de Diario Popular
Publicación declarada de Interés Turístico por la Secretaría de Turismo bonaerense según decreto Nº 381/2011
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Que te pareció esta nota ?