Las carnadas más rendidoras fueron
la mojarra viva y salada
por WILMAR MERINO
para Viva la Pesca de Diario Popular
La temporada de Pejerreyes en el Río de la Plata se inicia, antes que en ningún otro pesquero, en el borde del estuario, allí donde el río color de león entrega sus aguas al mar. Por eso Magdalena suele ser escenario de las primeras pescas, tal como lo refleja el guía Miguel Alvarado, quien sostiene que “va a ser una gran temporada de Pejerreyes. Arranqué a pescar esta especie el 24 de febrero, día en que saqué 16 piezas. Pero el 29, con gente de Chascomús sacamos 159 pescados. Y hasta ahora, no ha aflojado el pique y vienen mejorando los tamaños”.
Tentado por este panorama de una zona que hace rato viene rindiendo, el equipo de Viva la Pesca, comandado por Gustavo Miranda, salió hacia el destino del Sur rioplatense aprovechando una semanita donde el tiempo llegó nuevamente a pasar los 20 grados, haciendo de la salida algo menos “sufrible” que en semanas anteriores, donde las mañanas fueron bien frescas.
Transitamos por autopista Buenos Aires- La Plata hasta la capital bonaerense, luego, en la rotonda distribuidora, tomamos la calle 122 hasta el final, que nos descarga en la ruta 11. Seguimos camino a Magdalena y una vez arribados a la ciudad, hay una YPF que tomamos como referencia para doblar a la izquierda por calle España que nos lleva al balneario. Dicha calle en estos momentos está en obras para hacerla a nuevo y estará completamente terminada en pocas semanas. Una cuadra antes de llegar al río, encontramos a mano derecha los bungalows de Miguel Alvarado, el guía que sacó a nuestro grupo, único prestador en esta zona.
La costa bonaerense en esta zona presenta una dificultad: su poca pendiente, hecho que hace que no haya bajadas naturales ni artificiales, por lo que Alvarado debe hacer uso de camionetas 4x4 para poner la embarcación en aguas navegables. Esto a veces, demora la salida.
Ya en el río, de acuerdo a las condiciones climáticas (principalmente el viento), la pesca se hace más cerca o más lejos de la costa.
En esta oportunidad, y con la ventaja que el viento del Este había “limpiado” el agua sucia del Norte, con Miranda y su amigo Cufré nos dirigimos a una zona cercana, unos 2.500 metros en dirección Sur. Allí Miguel “preparó la cancha”, es decir, soltó el ancla de capa, el botellín con ceba, y armó la calle donde hicimos navegar las boyas pescando al garete.
No habían pasado 10 minutos y empezaron los piques. El peje que se logró en esta jornada osciló entre los 30 y los 50 cm en la captura de mayor porte, siendo los más frecuentes los de 35 a 45 cm, algo flacos pero voraces.
Los pejes se volcaron muchos a las boyas tipo chupetonas, de colores rojo y verde flúo, tipo “españolas”, y también a un aparejo especial con boyas ping pong que confecciona Alvarado.
En cuanto a equipos, usamos cañas Surfish Surpress de 4 metros, con una reforma en mango que la llevó a 4.25 mts para hacerla más apta para pescar en aguas rioplatenses a la que le montamos un pequeño reel Surfish Frog. También probamos un clásico en materia de pejerreyes: la caña Spectrum de Spinit, con un Shimano Sedona. Y por último la Tech Striker, caña bien cónica de butt grueso y punta fina, con la que sentirnos seguros ante el pique de un buen Patí o un doblete de matungos.
Y hablando de Patíes, estos se hicieron presentes esta semana, donde el calorcito volvió a activarlos, junto a los Bagres blancos.
Las carnadas más rendidoras fueron la mojarra viva y salada, pero cuando la variada se hacía muy insufrible, pusimos filet de Pejerrey, con lo que tuvimos menos piques, pero logramos piezas de mejor tamaño.
Roberto Cufré se lució después de media mañana con un aparejo de boyas ping pong grandes, verde flúo, y con ese aparejo marcó diferencias sobre las boyas chupetonas.
En esta media jornada de pesca, se cobraron un promedio de 15 capturas por caña, logrando en toda la lancha un cajón con 60 ejemplares de los portes ya detallados. Por último, cuenta Alvarado que los mejores vientos para pescar en esta zona son los de los cuadrantes Oeste y Sur.
Nos despedimos del lugar con la promesa de volver en plena temporada, para ver cómo se comporta el riopla en esta zona donde hay mezcla de aguas de río y mar, por lo que a partir de setiembre podemos sumar a la oferta de pejes, la de Corvinas rubias y Bagres de mar.
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