Este “Hinojal de verano” ya permite muy buenas pescas
para los ansiosos que quieran volver a armar
las de cuatro metros.
las de cuatro metros.
Por WILMAR MERINO
para Viva la Pesca de Diario Popular
El pescador de peje está ansioso. Sabe que se avecina la temporada y comienza con sus averiguaciones: dónde arrancó bien la cosa, si sufrieron o no las lagunas por la sequía, qué novedades presenta la industria para la nueva temporada y muchas inquietudes más que lo van poniendo en ritmo de cara a una nueva temporada de la especie que más pescadores argentinos convoca.
El pescador de peje está ansioso. Sabe que se avecina la temporada y comienza con sus averiguaciones: dónde arrancó bien la cosa, si sufrieron o no las lagunas por la sequía, qué novedades presenta la industria para la nueva temporada y muchas inquietudes más que lo van poniendo en ritmo de cara a una nueva temporada de la especie que más pescadores argentinos convoca.
Por eso este anticipo de una laguna que ha soportado bastante bien la seca y conservado sus interesantes poblaciones de pejerreyes: El Hinojal.
Este espejo es regenteado por el concesionario El Repollo, quien tiene 5 lanchas trackers en la laguna, únicas embarcaciones permitidas para la pesca deportiva. El ingreso controlado de pescadores -que sólo acceden mediante El Repollo- y el número limitado de embarcaciones, sumado al control estricto de la cuota de 25 piezas por pescador, hacen que este espejo esté bien poblado y garantice buenas pescas en las cuatro estaciones.
Es sabido, de hecho, que los 30 grados que soportamos el domingo no son los ideales para esta especie de aguas frescas. Sin embargo, en apenas tres horas y entre dos cañas, logramos 31 pejerreyes, de los cuales sólo seis no daban la medida mínima (25 cm.) y casi todos anduvieron entre 31 y 35 cm. (fueron medidos). Eso sí, los notamos algo flacos, y esperamos que el frío y las lluvias les aporten mejores condiciones alimenticias.
Vamos por partes. Todo comenzó con el encuentro con El Repollo en el km. 113 de la autovía 2. De allí parten los clientes en caravana siguiendo la camioneta del concesionario por 30 km., hasta el ingreso a la laguna. Un dato interesante es que no hay que llevar carnada, pues viene incluida en el paquete.
Nuestra impresión inicial fue que la laguna, como todas, sufrió con la seca, pero logró conservar un volumen de agua que evitó mortandades como ocurrió en otros espejos. Ahora tiene entre 80 cm. y 1 metro y viene recuperándose con las lluvias. De entrada tuvimos signos alentadores: bastó encender el motor para ver bular pejes durante la marcha. Se navega despacio, para cuidar el recurso, y no hay que transitar más de 10 minutos la laguna para estar en zona de pesca.
Con Hernán Fernández al frente del equipo, armamos cañas Surfish Minotauro de 4 metros, y Corriente de Plata de 4.10, con reel Surfish bora y multifilamento del 0,16. Luis, de El Repollo, nuestro anfitrión, nos aconsejó buscar el pique arriba porque debajo de los 30 cm. se hacen insufribles los dientudos, muy activos por el calor. La pesca comenzó casi de inmediato. El tamaño del pescado era bueno, como ya dijimos, y casi todos los piques se dieron en brazoladas de 18 a 25 cm. Más arriba no dieron resultados y más abajo -como dijimos- la carnada era blanco de los dientudos.
Pescamos de 9 a 12 del mediodía con gran calor, logrando 25 piezas buenas y media docena de chiquitos que devolvimos. Eso es buena señal, porque nos habla de que el espejo tiene renovación. En cuanto a líneas, Hernán arrancó punteando con unas chupetonas chicas, logrando cuatro piezas, hecho que motivó que Luisito decidiera un oportuno cambio de aparejo: sacó sus ganadoras líneas con boyas ping pong y tramposas sobre la madre. Este hecho le valió un claro repunte, ya que el pescado iba mucho a la boya, y en una jornada de viento casi nulo, las boyas plásticas de gran volumen fuera de la superficie “navegaban” un poco moviendo las brazoladas y motivando ataques.
A media mañana fileteamos uno de los dientudos capturados y después de rebajarlo bien quitando el exceso de pulpa, lo encarnamos en tiras de 1x5 cm. La respuesta fue idéntica a la del encarne con mojarras: hubo pique aunque hubo “que pescarlos” porque los pejes no siempre tomaban decididos y a veces probaban la carnada tímidamente antes de decidirse a la llevada franca. Otro consejo es dar buena distancia entre boya y boya, hecho que hace trabajar al conjunto con mayor naturalidad.
Así las cosas, este “Hinojal de verano” ya permite muy buenas pescas para los ansiosos que quieran volver a armar las de cuatro metros. Pero está claro que el momento óptimo vendrá más adelante, con los primeros fríos. Y allí estará nuevamente Viva la Pesca para contarle al lector cómo sigue la pesca en este maravilloso espejo de geografía casi virgen.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Que te pareció esta nota ?